No ha podido ser. Difícil de entender cuando las dos partes de una negociación tienen posturas muy cercanas pero fragilidad y pocas ganas de entenderse. El pasado, pesa.
Yo di mi opinión y participé en la medida que creí oportuno. A mi edad ya pocas cosas me pueden impresionar y no me callo lo que pienso, a no ser que mi vida esté en peligro (cosa que no era el caso). Agradezco que se me escuchara y me intentaran explicar, con mucha educación, lo que no tenían ninguna obligación de contar y, por mi parte, sólo puedo agradecer que pudiera estar presente en dicha charla/pre-acuerdo, entre caballeros.
Aprender no pesa y es parte de la vida de las personas inquietas, a cualquier edad.
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